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La biografìa de Elvira Ruocco
(por Elvira Ruocco)
Capítulo 2
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Mi primer dìa en Alfa
El dìa tres de enero , era una mañana fria y clara.
Hasta el viernes anterior, habia trabajado en una sociedad de distribuciòn en Saronno, como contadora.
Me acuerdo ,que cuando le comuniquè a mi jefe, que me iva para un empleo en Alfa, me mirò con admiraciòn y me dijo:”Usted es una señora afortunada. Alfa Romeo es la mejor industria de la Lombardia, un emblema glorioso… hace unos carros sin par…”Le respondì que sabia muy bien estas cosas porque era el sueño de mi vida.
El tren de las 7:15, que agarrè aquella mañana, en Saronno estaba muy cargado, lleno de muchachos que iban a la escuela en Milan. Sentia sus voces, pero no las escuchaba, pensaba en mi nueva vida, seguramente meno comoda de la que habia decado con un trabajo cerca de la casa para meterme en Milan, una ciudad llena de trafico, de frio y de smog.
Ademàs no sabia todavia lo que hubiera hecho, cual hubiera sido mi trabajo; sabia solo que hubiera estado en la Direcciòn Asistencia Escuela.
Bajè en la parada de la Bullona y el espacio que me separaba de la entrada en via Gattamelata , lo hice casi corriendo, no tanto por el frio sino para la impaciencia de llegar.
¿Habeis presente la foto de la entrada? Bueno, cuando la pasè , en frente a mi, estaban estacionadas en buena vista una Giulia 1600 Super blanca, un 2000 GT Veloz rojo y una Montreal color anaranjado que me dejo sin aliento, sea de tan maravillosa me pareciò y tambien porque era la primiera vez que la veia.
Muy bien, pensè y cargada de entusiasmo, me fuì hacia la oficina de la Direcciòn Asistencia , que estaba un poquito màs adentro, a mano derecha.
Me empresionò la enorme puerta de plastico pesado , que se abria, al pasar de los carros, como si fueran dos alas. A sus lados estaban dos puertas en vidrios de la oficina de aceptaciòn
Un olor de cauchos y gasolina me entrò en la nariz, mirando a un lado vi dos carros sobre un elevador y alrededor obreros al trabajo en mono azul con las palabras Alfa Romeo, bordadas en blanco sobresalientes.
Me fuì hacia la officina en donde habia estado para los ultimos coloquios y entrè.
Reconocì de inmediato el Sr.Gugliemi, el inspector que me habia examinado , me acojiò amablemente y me presentò al Sr.Lisi (disculpen se pongo solo los apellidos ,pero han pasados tantos años, que los nombres se me han olvidados) mi futuro compañero de trabajo.
Mi jefe era el ingeniero.Cargnelutti, que solo saludaba cuando me pasaba adelante para entrar en su officina.De inmediato me encontrè detràs de un escretorio cargado de papeles (era mi destino); todos manuscritos de los inspectores, con sus experiencias de viajes en Italia y al exterior.Eran notas tecnicas a veces dificil da entender tambien por la escritura incomprensibile.
Habia mucho que hacer, porque la empleada anterior,habia sido jubilada ya de hace tres meses y el trabajo se habia parado.Empezè a trabajar inmediatamente y cuando tenia problemas, me ayudaba el Sr. Lisi En el segundo dìa , me pasò una cosa,que me causò bastante apuro.Sobre mi escretorio encontrè un microfono, y no sabia ,en absoluto a que servia. Mientras estaba pisando las duras teclas de una vieja maquina de escribir, el Sr.Lisi me pidiò de llamar una persona que estaba en el taller, atraves del microfono, para decirle que lo deseaban al telefono.Me quedè fria, primero porque soy muy timida y segundo, por lo tan emocionada que estaba de ser nueva en el ambiente; no era tan descarada para anunciar a voz alta .”¡El Sr. Galizia es deseado al telefono, el Sr Galizia al telefono!”. Aunque con voz temblante, lo hice. Despues de unos minutos, detras de los vidrios de la officina, vi llegar ,unas cuantas personas con mono azul..¿como era posible? ¡habia dicho solo un nombre! Descubrì pronto que era la curiosidad de conocer la nueva empleada.Fuè una acojida
Muy calurosa y me diò la certidumbre que le habia gustado y de aquel momento, sentì de estar adentro y hacer parte de la grande familia que era la Escuela de Asistencia.
A la proxima
Elvira Ruocco
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Traducción de Maria Corsicheña
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