Consalvo Sanesi
En la historia de los personajes del automovilismo, uno de los más modestos y taciturnos fue sin duda
Consalvo Sanesi. Nacido en Terranova Bracciolini, a pocos kilómetros al sur de Florencia, el 28 de marzo de 1911, en una familia modesta.
A los 17 años inició su pasión por las carreras, y gracias a la su amistad con Gastone Brilli Peri, vencedor del G.P. de Italia y del Campeonato del Mundo de 1925 con el P2, consigue entrar por un periodo de prueba en Portello, en el departamento de competición, donde aprendió a trabajar en los motores.
En febrero de 1929, fue inscrito en el libro de "paga" de Alfa Romeo.
Desde aquel dÃa trabajó duro siendo fiel al automóvil del que se habÃa enamorado locamente. Fue un óptimo corredor y uno de los mejores probadores europeos, muy preciado en su Casa y en el automovilismo.
Comenzó como motorista hasta que, en 1929, se le presentó la gran ocasión de seguir las carreras como mecánico. En 1933 se convirtió en probador, un menester para el que se necesita un potencial excepcional, un absoluto conocimiento de la maquina y un pilotaje excelente. En 1940 su nombre aparece por primera vez entre los vencedores. Vence en pareja con Boratto (chófer de Mussolini), la Tobruck-Tripoli.
Cuando surgió la guerra Sanesi volvió al trabajo de taller en el departamento experimental. En la posguerra reemprende las actividades de pruebas con el Alfette 158 que debÃa volver en liza en 1946. Y es precÃsamente en 1946, cuando Sanesi comienza como corredor sobre aquellos monoplazas con los que habÃa adquirido una indiscutible experiencia. Compitió con pilotos de la talla de Wimille, Varzi y Trossi, siempre alcanzó buenas plazas llegándose a convertir en un especialista del trazado de Monza donde incluso establece un récord. Su curriculum deportivo fue verdaderamente importante: en 1964 estuvo a punto de morir en un grave accidente en las 12 horas de Sebring, pero se restableció en seguida.
Como jefe probador de la "Sperimentale" se encargó directamente de la puesta a punto de de los automóviles de ese sector (que normalmente eran supervisados por Gianbattista Guidotti). Sale cada dÃa y recorre miles de kilómetros en carreteras normales y en pista. Cuando volvÃa sus informes y opiniones eran tenidas en grandÃsima consideración por parte de los técnicos del Portello.
Se jubiló en 1967.
Elvira Ruocco